De esos sueños que lo marcan a uno, y que desde que los tiene se vuelven recurrentes... pero con pocas variantes. Esta es la versión original dolby stereo surround, 5.1 en la que vino a mi hace una semana y aún me persigue...


Estaba en una especie de avenida, en la cual había una entrada folklórica. Estaban todos preparándose para bailar, y yo no tenía mi traje, porque había salido tan apurada que me había olvidado del mismo y de lo que tenía que hacer. Entré a mi camerino, que era anaranjado y olía a pintura fresca, pero estaban unos chicos que cantaban, llegados de Argentina utilizando mi espejo. Se sintieron muy mal de que sea mi camerino, así que llamaron un taxi para que traiga mi traje. Estaba dando vueltas por el camerino y descubrí una salida con gradas que bajaban, y en las paredes había un acuario gigante con todo tipo de peces dentro. Al llegar abajo, encontré laberintos que subían y bajaban, y yo tenía un joystick en mi celular, que era nuevo porque salió junto con el “Wii Nokia” y no sabía bien como usarlo, pero logré trepar los pilares. Al llegar a la parte superior, me encontré con que mi pareja tenía cáncer, y había ido a ese lugar que era una especie de iglesia, para que lo curen. La idea es que para curarte, tenían que quemar tu rostro y luego estabas listo para morir. Apenas entré, vi sillas como las de dentista, hechas de mármol, llenas de sangre y con sogas para atarse. Encontré a mi familia que lo estaba acompañando a que se siente. Se acercó a él un verdugo, vestido de frack, con un martillo para cortarle el cabello. En mi mente sabía, que si él se cortaba el pelo, estaba listo para que le quemaran el rostro, y que durante los próximos minutos, antes de morir no podría mover la cara para hacer ninguna expresión. En eso salió un hombre que se había hecho ya el tratamiento, vestía de gala, listo para que lo entierren. Su rostro estaba como bañado en cera, y sus labios parecían cosidos hacia dentro, sólo se podían ver sus ojos parpadear con un delineado rojo de sangre alrededor de los mismos, y sus dientes calcinados entre la abertura de la boca. Sonó un timbre, y salí corriendo. Era un taxi con mi traje dentro, es un traje de llamerada color rosa, y estaba completo. El taxista quería cobrarme 40 bolivianos, y yo le di 12 que era lo justo. El dijo que como yo era de Argentina tenía que pagar más, y me entré sin responderle. Vi como el se alejó y recogió a una chola muy enojada, dio la vuelta e intentó atropellarme. Ella gritaba que los extranjeros éramos todos unos ladrones, y yo les decía a los chicos del camerino que yo era de Bolivia, y no me hacían caso. Les pedí ayuda desesperadamente. En eso me agaché y la chola entró con un machete por la ventana, mientras yo me ponía rápidamente mi traje, y pensaba que iba a bailar pidiéndole a la virgen el favor de que mi novio no muera, que era mi culpa que tenía cáncer, porque no había querido rascarle la espalda. La mujer entró y asesinó a los cantantes, descuartizándolos y salpicando de sangre la pared que olía a pintura fresca. Las paredes se tiñeron de color tumbo a rosa pálido, entonces yo salí corriendo, y ella me dijo “que bailes bien, te voy a estar viendo”, a lo que supuse que no me había reconocido porque estaba vestida como ella. Aparecí en el lugar de la iglesia, y empecé a correr hacia mi novio, que ya estaba sentado en la silla y el verdugo le preguntaba “¿está tu alma segura?” Y yo gritaba que no lo hiciera pero el me ignoraba. Le cortó el primer mechón de cabello, y el me dijo “es lo mejor para todos”, a lo que respondí mientras mi papá me sostenía fuerte para que no irrumpiera: “Es que luego del tratamiento no me podrás dar un último beso”. El verdugo, que ahora estaba teñido de sangre le preguntó “¿está tu alma segura?” y mi novio respondió que no, que prefería morir lentamente la agonía en los brazos de su amada, y saltó hacia mi. Bajamos las gradas y un acuario reventó, para salvar a los peces pequeñitos, los pusimos en la pecera grande, y los demás peces se los devoraban, y de su interior salían pedazos de seres humanos que habían sido muertos en la iglesia. Luego estaba bailando, y empezó a llover, y un amigo mío me dijo que quería una foto conmigo para la prensa, porque también iba a morir de cáncer, pero que lo de él era curable, y me confesó que había vivido una mentira, porque la gente como él es inmune a toda enfermedad mientras baila.


Loquísimo, no? No quiero ni analizarlo! Me dió mucho miedo, me desperté agitada o__O